RESUMEN DE LOS CAPÍTULOS I, II, III, IV, V, VI Y VIII, DEL LIBRO “TEORÍA DEL DESARROLLO CAPITALISTA” DE PAUL M. SWEEZY.

 REALIZADO POR LOS ALUMNOS:

  • Sergio Álvarez Pastrana
  • Marta García Hipólito
  • Alberto Garnacho de la Casa
  • Marta Ortiz Jiménez de Cisneros

Capítulo 1 – El método de Marx:

El libro nos cuenta que la economía política se ocupa de estudiar las relaciones sociales de la producción y la distribución, ya que la sociedad se trata de un conjunto de individuos que se interrelacionan mediante pautas y conductas. Lo cual determinaría a la sociedad, al sistema de producción, a la distribución de la riqueza etc.… Por lo tanto Sweezy, nos habla de economía como ciencia, como ya decía Robbins:
“La economía es la ciencia que estudia la conducta humana como una relación entre fines y medios limitados que tienen diversa aplicación”.

Capítulo 2 – El problema del valor cualitativo:

En este capítulo Sweezy habla de la mercancía como valor de cambio y no como valor de uso, pero siempre utilizando el punto de vista de Marx, por lo tanto el estudio de las mercancías, sería el estudio del cambio que se producen en las relaciones de trabajo, es decir entre el trabajo (clase obrera) y capital (la burguesía) por lo tanto, la división de mercancías está totalmente relacionado con la división del trabajo.
Pero deberíamos preguntarnos cuál es la visión de Marx: en la que él dice que el trabajo no está totalmente unido al cambio ni a la producción de mercancías.
  1. El valor de uso: se centra en la relación del consumidor y el objeto que se ha consumido, y esto ¿Por qué? Porque Marx considera al sistema económico como un sistema de relaciones entre seres humanos con los bienes económicos y no entre más hombres.
  2. El valor del cambio: relación cuantitativa que se da entre las mercancías.
Para Marx, esta relación de cambio es un cambio de los productos del trabajo por productores individuales.
El trabajo se entiende siempre como abstracto, ya que abarca toda la actividad humana. La capacidad de generar riqueza en una sociedad capitalista se caracteriza por su alta movilidad de trabajo, que está determinado por el volumen de fuerza social del trabajo. El trabajo abstracto es lo que denomina mercancía.
En conclusión según Marx el capitalismo sería un sistema social que domina al hombre, lo educa para conseguir lo que quiere pero al mismo tiempo le pone impedimentos.

Capítulo 3 – El problema del valor cuantitativo:

En este capítulo debemos de tener claro, que en la sociedad el trabajo sea distribuido entre los miembros de esa sociedad. Lo único que cambia a lo largo de la historia es la forma de organizar y de distribuir el trabajo. Las mercancías se cambian unas por otras en el mercado.
Hay dos puntos importantes: uno de ellos dice que no es cierto que el valor de una mercancía es determinado por la cantidad de trabajo realizado y por otra parte la relación entre los dos tipos de trabajos es teóricamente susceptible de medición independiente de la línea de producción en que pueda ser empleado. Es importante también saber la cantidad de trabajo y tiempo que se ha gastado en hacerlo. En este capítulo Sweezy se centra en las opiniones de otros autores como Marx, Keynes y Adam Smith, de cómo conseguir más productos, más mercancías y cómo dividir el trabajo para conseguir más demanda.

Capítulo 4 – Plusvalía y capitalismo:

El capitalismo convierte el trabajo y la fuerza de trabajo en una mercancía más, con lo cual, la relación M-D-M (características de la producción siempre) pasa a convertirse en D-M-D (en la que el dinero es el principio y el fin de todas las relaciones sociales). Ahora bien, tanto los medios de producción como la fuerza de trabajo son los dos mercancías y por lo tanto los dos productores de valor de cambio. Las relaciones entre propietarios y no propietarios también tienen un valor de cambio.
Así pues el origen de la plusvalía radica en el valor de la mercancía fuerza de trabajo. Cuando decimos que es mercancía, no quiere decir que el trabajo sea mercancía: ya que la fuerza de trabajo es lo que poseen los obreros para hacer su trabajo, pero no nos equivoquemos no se está refiriendo al cerebro o al músculo del obrero, sino que se trata de la capacidad para llevar a cabo la función que tiene que desempeñar en ese trabajo. Esta fuerza de trabajo debe de tener un valor, que varía según el grado de civilización del país.
Por lo tanto, podríamos decir que la plusvalía aparece cuando el trabajador le da al producto la fuerza de su trabajo, un valor superior al de los costes de producción, debido que el número de horas que realiza el trabajador son superiores a las que realmente se necesitan. El trabajador con su trabajo produce más que los medios de subsistencia de un día.
Por lo tanto la jornada de trabajo se puede dividir en dos partes: una la del trabajo necesario y otra la del trabajo excedente.
Aparecen los componentes del valor, consta de tres partes:
  1. El capital constante: máquinas y materiales usados.
  2. Capital variable: valor de la fuerza de trabajo y produce excedente.
  3. La plusvalía.
Aparecen diferentes tasas:
  1. Tasa de plusvalía: proporción de plusvalía con respecto al capital variable y se designa con p’. A lo que Marx llama tasa de explotación.
  2. La composición orgánica del capital: la formula que se usa para medir la amplitud en que el trabajo es provisto de instrumentos y materiales.
  3. Tasa de ganancia: que sería la tasa más importante para el capitalista. Supone la proporción de la plusvalía con respecto al desembolso total del capital.
Por lo tanto en el mundo real de la producción capitalista, la ley del valor no tiene control directo.

Capítulo 5 – La acumulación y el ejército de reserva:

Cuando el autor habla en este capítulo, nos explica que el capitalismo opera sobre una determinada situación que se denomina “reducción simple”. Para su cumplimiento es necesario que los capitalistas vuelvan a poner cada año el capital gastado o usado.
Esta reducción siempre se divide en dos tipos: producción de medios de producción y producción de artículos de consumo, que a su vez sería los artículos de lujo y los artículos necesarios para la vida. Las dos constituyen la suma de la oferta social de mercancías.
El ingreso se divide en tres partes como ya se decía en el capítulo anterior: los medios de producción, los salarios y la plusvalía, por ello, en realidad el sistema capitalista está sumergido y actúa bajo la reducción simple, donde el capital se acumula continuamente y hay una continua reinversión para obtener una mayor plusvalía.
El capital tiene la cualidad de poseer magnitud. Por lo tanto el propietario de una gran cantidad de capital ocupa el puesto más alto en la escala social que el propietario de una cantidad pequeña. En conclusión en el éxito de este tipo de sociedad capitalista, consiste en aumentar su propio capital.
Aparece aquí, el concepto de Marx de “ejército de reserva” que se refiere a los obreros desocupados, debido al sistema capitalista, en el cual el empresario sustituye a los trabajadores por máquinas. Estos ejercen presión constante: hacia abajo y sobre todo en el nivel del salario.

Capítulo 6 – La tendencia descendente de la tasa de ganancia:

Para Marx la tasa de la ganancia es la fuerza que impulsa la producción del sistema capitalista, ya que con la misma cantidad de trabajo se puede rendir más y conseguir aun muchos más beneficios. Lo que quiere decir que la productividad crece y por lo tanto la composición orgánica del capital también crece detenidamente.
De todo esto aparece la teoría de Marx de la tendencia descendente de la tasa de ganancia. Marx habla de seis causas contrarrestantes que contrarrestan y anulan la ley general de la tendencia descendente de la tasa de la ganancia, pero se centra en cinco de ellas:
  1. Abaratamiento de los Elementos del Capital Constante: el uso creciente de maquinaria, eleva la productividad de trabajo, lo que disminuye el valor por unidad del capital constante.
  2. Aumento de la Intensidad de Explotación: se trata de producir más en menos tiempo, sin afectar la cantidad de trabajo necesario, a través de los mecanismos de acelerar y estirar la jornada, lo cual eleva la tasa de ganancia.
  3. Depresión de los salarios más abajo de su valor: esto está determinado más por el mercado que por la voluntad de los capitalistas.
  4. Sobrepoblación relativa o “ejército de reserva”: la existencia de trabajadores desocupados conduce a la creación de nuevas industrias con una composición orgánica del capital relativamente baja y una tasa de ganancia relativamente alta.
  5. Comercio exterior: Abarata la adquisición de materias primas y artículos necesarios, frente a la producción nacional.
Las fuerzas que actúan sobre las tasas de ganancia pueden resolverse mediante una fórmula compuesta por dos variables: la propia tasa de ganancia, y la propia naturaleza orgánica del capital, teniendo en cuenta que esta va de la mano de un aumento de la productividad del trabajo y por lo tanto una tasa alta de plusvalía.
Aparecen también otras fuerzas, que pueden ser clasificadas en las que tienden a reprimir la tasa de ganancia, que serían los sindicatos, la acción del estado, las organizaciones patronales, la exportación del capital, formación del monopolios y por último acción del estado en beneficio del capital. Todas estas fuerzas tienden a elevar las tasas de ganancia.

Capítulo 8 – La naturaleza de las crisis capitalistas:

Para Marx, estas crisis se repiten periódicamente y sobre todo ponen a prueba la vida social de toda la sociedad, ya que si falla un comprador vendedor, se produce una crisis en cadena pudiendo afectar a toda la economía. Podemos decir que hay sobreproducción y que por lo tanto se rompe la cadena de vendedor – comprador.
La crisis económica solo puede ser explicada mediante el mercado y el mecanismo financiero.
El sistema capitalista se basa en las transacciones mercancía-dinero-mercancía (M-D-M). Donde el dinero es un medio de circulación aceptado cuya función es dividir el acto del cambio en dos partes, pudiendo estar separadas en tiempo y espacio. Lo que el dinero permitió fue vender los productos cuando se termina, comprarlo cuando lo necesitemos y también ahorrar. Pero todo esto no significa que D-M-D deje de existir.
Sería totalmente equivocado pensar que el obrero tiene el deseo natural de obtener más ganancias. Por ello hay que en cuenta que el interés capitalista es elevar por supuesto la tasa de ganancia.
Mientras que en lo que referente a la posibilidad de crisis no hay diferencia entre la producción simple y el capitalismo (D-M-D), ya que las irrupciones de compra-venta afectan al proceso en los dos casos. La diferencia está en que puede desaparecer la tasa de ganancia o volverse negativa, por lo que el incentivo de la producción capitalista dejara de existir. También puede ocurrir, que se produzca un descenso en dicha tasa y que los capitalistas reduzcan sus operaciones lo bastante como para producir una crisis. En estos momentos, el capitalista debe elegir una de dos opciones: introducir capital a la circulación o conservarlo, aunque pronto tendrá que reinvertirlo para continuar siendo un capitalista. Lo que ocurre es que ese aplazamiento del capital habrá producido ya una interrupción y provocado seguramente la sobreproducción y la crisis. Por tanto, no es verdad que la tasa de ganancia deba desaparecer o volverse negativa para producir una crisis; sólo con el descenso de ella puede ser suficiente para interrumpir el proceso de la circulación y por tanto dar lugar a una crisis.
Por lo tanto hay dos tipos de crisis: las relacionadas con la tendencia descendente de la tasa de ganancia y la de realización.
Los dos tipos plantean diversos problemas, en un caso tiene que ver con los movimientos en la tasa de plusvalía y la composición del capital y en el otro lado las fuerzas no especificadas que tienden a crear un déficit general en la demanda de mercancías.

No hay comentarios:

Publicar un comentario