¿HAY VIDA INTELIGENTE EN LOS GOBIERNOS?


Antón Costas comienza su artículo “¿Hay vida inteligente en los Gobiernos?” con una comparación muy acertada, asemejando a los Gobiernos con médicos, donde los Gobiernos deberían salvar la economía enferma como los médicos salvan la vida a sus pacientes, pero esto no ocurre así, sino que los Gobiernos actúan como enterradores hundiendo cada día más la economía a través de sus “milagrosas” medidas anti-crisis.
En 2009 la economía europea consiguió vencer la brutal recesión que sufrió, pero la mala gestión de los líderes de la Unión ha provocado la recaída de la economía en una larga y peligrosa recesión traspasando la frontera económica y por consiguiente azotando fuertemente a lo político y social.
Como bien describe Antón Costas, la economía capitalista es maniaco-depresiva, como una montaña rusa. Tiene etapas de crecimiento y de repente decrece. Se habla de tres etapas de recesión coincidentes con tres letras del abecedario: V, W y L.
1.      V: la recesión ocurrida en 2009 con el pinchazo de la burbuja de crédito a finales de 2008. La economía dejó de crecer y se desplomó volviendo a crecer en 2010 con la intervención de los bancos centrales y de los diferentes gobiernos a través de políticas fiscales y monetarias.
2.      W: una vez que los gobiernos fueron conscientes de las consecuencias de esas políticas fiscales y monetarias para frenar la crisis; como el déficit público, etc. las desactivaron lo que hizo de freno en la recuperación económica, llevando a la economía caer de nuevo y sometiendo a la sociedad a una austeridad compulsiva, la cual según los líderes europeos debería potenciar el crecimiento, pero cualquier economista sabe que eso es otra mentira de tantas, puesto que debido a la unión monetaria la austeridad no funciona ya que las economías no pueden devaluar.
3.      L: Antón Casas nos relata el ejemplo de Roosvelt en Inglaterra, rectificando el “Error de 1937”, es decir dejó de ahogar a la población con la austeridad excesiva. El autor y bueno, espero que la gran mayoría, deseamos que los gobiernos den marcha atrás e intenten remediar sus errores y aprendan de una vez de la experiencia inglesa, porque si no nos veremos inmersos en el tercer tipo de recesión la L, es decir, una dura y prolongada recesión como la sufrida en Europa durante los años treinta del siglo pasado.
Por último el autor apela a que quede algún rastro de vida inteligente en la política europea, porque la experiencia nos reporta que la inseguridad y el miedo a lo venidero llevan a la sociedad a conformarse y a aceptar populismos, por lo que no debemos olvidar que fue así como llegaron los fascismos y todo lo que conllevó.

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